Comentario
Durante el primer cuarto del siglo XIX se produjo el desmoronamiento de los dos grandes Imperios ibéricos existentes en América. Antes de 1825, con las excepciones de Cuba y Puerto Rico, la casi totalidad de las colonias americanas terminaron emancipándose. Pese a la coincidencia cronológica, ambos procesos se diferenciaron entre sí, tanto por los conflictos desatados (mucho mayores y más violentos en la América española) como por el hecho de que mientras el Brasil mantuvo su unidad, la América española se fragmentó en numerosas países, en el centro y en el sur del continente americano, y una parte muy importante de México pasó al control de los Estados Unidos.